sábado, 17 de febrero de 2018

LECTURAS EN EL BAÑO (Febrero 2018)



“El cuento de la criada”, de MARGARET ATWOOD.
Supongo que, como otra mucha gente, llegué a este libro gracias a la serie de televisión protagonizada por Elisabeth Moss. Y eso que apenas pude pasar del primer capítulo. Al igual que me sucedió con “The Leftovers”, algo hay en ella que me perturba el sueño, creándome pesadillas de las que me despierto empapado en sudor. Tal vez sea la certeza de que (como dice la propia autora en el prólogo) “en determinadas circunstancias, puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar”.
“El cuento de la criada” nos traslada a un inquietante escenario donde la población se ha reducido hasta niveles drásticos por culpa de la contaminación ambiental, lo que lleva a las élites a monopolizar los bienes existentes, repartiéndose las pocas hembras fértiles que quedan. Estados Unidos (lugar donde se desarrolla la rama) es ahora una dictadura teocrática, sin Constitución ni Congreso, sometida a las leyes del puritanismo más estricto. 
Como ya he dicho, un libro inquietante. Que te removerá las entrañas. Y aun así, no podrás dejar de leer.

“La tumba del tejedor”, de SEUMAS O´KELLY. Sajalín Editores. (Traducción de Celia Filipetto)
A raíz de la muerte de Montimer Hehir (el tejedor del pueblo), surge el problema de encontrar el sitio exacto donde se ubica la tumba de todos los miembros de su clan, un lugar perdido en Cloon na Morav (antiguo cementerio donde solo las familias más importantes pueden ser enterradas) que, según parece, únicamente conocen dos ancianos: un fabricante de clavos y un picapedrero. La historia, de apenas setenta páginas, es deliciosa. Muy recomendable. Dejó un par de extractos:
“El tejedor (…) tenía tan grabada en la cabeza la posición exacta de la tumba que jamás se le ocurrió pensar que a los demás les podía resultar recóndita”.
………..
“Empezaba a comprender por qué la gente disfruta tanto en los velatorios y del ambiente íntimo de las casas donde se celebran. La gente escucha, recuerda y cree cuanto oye en los velatorios, porque es más preciado que nada de lo que se dice en la escuela, la iglesia o el teatro. Y no precisamente porque en los velatorios la gente se divierta. Sino más bien porque en os velatorios se hace un repaso pormenorizado de los fantasmas familiares. Allí se oyen todas las historias, los pequeños matices lisonjeros, los pequeños resentimientos nada lisonjeros, las tradiciones, los asombrosos testimonios de los clanes. (…) El velatorio es puro realismo”.

“Primer amor”, de IVÁN TURGUÈNEV. Nevsky Prospects. (Traducción de James y Marian Womack)
Este libro cuenta la historia de un muchacho que pasa sus vacaciones en una dacha a las afueras de Moscú, en compañía de sus padres, cuando la vivienda de al lado es alquilada por una princesa en horas bajas y su hija, de quien queda automáticamente prendado. 
Y no cuento más. Sería de mal gusto. En mi opinión: maravilloso.
“Aunque por supuesto terminas siendo tú mismo”, de DAVID LIPSKY. Ed. Pálido Fuego. (Traducción de José Luis Amores).                                   
Hablamos en este caso de la transcripción de los cinco días que, en marzo de 1996, compartió el periodista y escritor David Lipsky con Foster Wallace, coincidiendo con el final de la gira promocional de “La broma infinita”. Apenas estoy empezando con él, pero lo estoy disfrutando tanto como en su momento lo hice con “The end of the tour”, la película basada en este libro, protagonizada por Jason Segel y Jesse Eisenberg. Muy recomendable para todo aquel que quiera profundizar en la personalidad de este monstruo de las letras.

Al margen de estas lecturas (digamos literarias), y con la excusa de que llevo un tiempo intentando mejorar un poco mi nivel de competencia lectora en inglés, ando traduciendo una serie de pequeños artículos y trabajos que versan sobre áreas que me interesan desde siempre. Es el caso de:

“Catastrophic shifts in ecosystems”, de MARTEN SCHEFFER. Nature. Vol 413. 11-10-2001.
En este artículo, Scheffer defiende que todos los ecosistemas están permanente expuestos a cambios graduales, y que la Naturaleza está por lo general preparada para responder a ellos. Sin embargo, existen una serie de puntos de inflexión, que provocan que los sistemas caigan en otros estados, y podemos saber que estamos acercándonos a estos puntos de inflexión porque la recuperación es cada vez más lenta. Esta teoría me está resultando interesante, por cuanto tiene aplicaciones más allá de los arrecifes de coral o desiertos. Es el caso, por ejemplo, de la depresión o de la caída de los mercados financieros. Scheffer tiene una entrevista reciente, publicada en El País, en la que explica todo esto con claridad:

Tenían un problema con los lagos, que debido a la acumulación de fertilizantes agrícolas estaban turbios. “Intentábamos hacer algo con ese problema, reduciendo la polución de los lagos, pero permanecían verdes y no entendíamos qué sucedía”, cuenta. Entonces escucharon hablar sobre un curioso fenómeno. Cuando se sacaban todos los peces de un estanque, algo pasaba en ese pequeño ecosistema para que el agua quedase muy clara. Ellos probaron a hacer lo mismo en lagos y vieron que por primera vez consiguieron que el agua dejase de estar verde. Además, una vez que el lago pasaba del estado turbio al diáfano, aunque volviesen a reintroducir los peces, la claridad permanecía. “Demostramos que con aquella terapia de choque podíamos hacer pasar un sistema de un estado estable, en aquel casi turbio, a otro estado estable distinto”.

“When the appeal of a dominant leader is greater than a prestige leader”, de HERMANT KAKAR y NIRO SIVANATHAN.
Esta investigación, de apenas seis páginas, publicada en PNAS, demuestra cómo la gente, ante situaciones difíciles (desempleo, terrorismo) prefiere a líderes dominantes y autoritarios frente a líderes prestigiosos. De manera burda; es como si la ciudadanía, ante una sensación de falta de control sobre sus propias vidas, necesitara de un líder autoritario que guíe y enderece su futuro. Es espeluznante, pero lo cierto es que la incertidumbre impulsa al poder a los líderes dominantes. El problema es que, en mi opinión, la incertidumbre se puede generar y alimentar, facilitando así el acceso al poder de líderes que, una vez instalados en la cima, pueden poner en marcha determinadas reformas que produzcan desequilibrios mayores, las cuales a su vez contribuyan a perpetuarlo en el poder.