jueves, 17 de abril de 2014

BREVES APUNTES SOBRE EL CHURRO-PALANCA


El churro-palanca es una tradición en mi familia que se remonta hasta la década de los cuarenta del pasado siglo, cuando algún antepasado tuvo la feliz ocurrencia de juntar un domingo sobre la mesa del desayuno un plato de churros y un bote de Cola Cao. Básicamente, todo se reduce a ingerir un número indecente de estos grasientos mazacotes embadurnados en una cantidad igualmente indecente de Cola Cao, ayudándose para ello de un pequeño trozo que hace las veces de palanca y que en ningún caso podrá ser engullido hasta que el resto de jeringos haya desaparecido de la mesa. A simple vista, la técnica parece simple, pero bastará que tus dedos comiencen a untarse de aceite y Cola Cao para que te convenzas de que son necesarios muchos años de práctica para alcanzar la maestría en el uso y manejo del churro-palanca. 

Porque, para empezar, no cualquier churro sirve como churro-palanca. Existen una serie de características jeringo-mórficas que el profano en la materia desconoce, y pasarlas por alto puede descafeinar (e incluso estropear) esta excitante aventura gastronómica. Por ejemplo, el tamaño del churro-palanca, que deberá oscilar siempre entre los 5 y 6,5 centímetros, dimensiones que facilitarán su adecuado manejo, a la par que una rápida deglución final. O el grosor, que nunca será mayor que el dedo pulgar del comensal (piénsese que el churro-palanca, si se ha impregnado correctamente de Cola Cao, ha de haber doblado como mínimo su espesor inicial en el momento de ser paladeado). La forma del churro es también un aspecto crucial, pues si bien éste suele presentar una apariencia inequívocamente curva (1), son muy valorados entre los entendidos los ejemplares que presentan un leve grado de convexidad en el centro. La explicación de esto radica en que dicha curvatura puede facilitar hasta en un 35% la acumulación de Cola Cao sobre la pared interior del churro-palanca. Por último, y muy relacionada con las anteriores, debemos tener en cuenta el grado de oleosidad del jeringo (suficiente para que el Cola Cao se adhiera a sus paredes, pero no tanto como para que éste se convierta en una pasta oscura y grasienta).

Por otro lado, y tan importante como las características morfológicas del churro-palanca, está la adecuada selección de la base mezcladora. Llegado a este punto (y tras haber comparado más de una veintena de productos similares), creemos que es el Cola Cao el que garantiza unas prestaciones máximas en esta experiencia única, habida cuenta de las puntuaciones obtenidas en los diferentes parámetros objeto de análisis (color, sabor, textura, coeficiente de grumosidad y grado de disolución salival). Dicho esto, y con el fin de no extendernos demasiado con detalles técnicos, los aspectos que deben tenerse en cuenta llegados a este punto son la cantidad vertida y el nivel de tolerancia. Y es que uno no alcanzará la maestría con el churro-palanca mientras su aparato digestivo no esté preparado para metabolizar (como mínimo) un tercio de bote de Cola Cao y entre 200 y 300 gramos de churros (lo que, a ojo, pueden ser en torno a unas 2000 calorías por desayuno –tomando como referencia la información contenida en las tablas nutricionales de los correspondientes alimentos: 378 kcal/100g para el Cola Cao y 361 kcal/100g para los churros). Pero no hablamos sólo de calorías, sino también de porcentajes elevadísimos de colesterol y de brutales aportes de hidratos de carbono y grasas. Sí, amigo, el churro-palanca es una actividad de riesgo, un MIM-104 Patriot apuntando al centro de tu sistema cardiovascular. La digestión será dura, y las consecuencias a largo plazo se antojan devastadoras. Pero no hay éxito sin dolor. 

Y lo sabes.

Para terminar, vamos a ilustrar el proceso de administración del churro-palanca con una serie de fotografías.









NOTAS:

(1): Forma que todavía es más pronunciada en el caso de los jeringos que, como sin duda sabrás, son por definición redondeados. De hecho, todavía hoy es habitual en muchos lugares que te los vendan anudados con un junco.