Es lo primero que se me ha pasado por la mente, nada más encender el ordenador, que mucho me tenía que estar gustando este libro para decidirme a recomendarlo cuando apenas si llevo 40 páginas leídas. Pero es que, o mucho cambia la cosa, o “2020” de Javier Moreno tiene toda la pinta de convertirse en uno de los mejores libros (sino el mejor) que he leído últimamente. He dicho “leído” y tal vez sea este el primer error, pues “2020” no se lee, se degusta. Se paladea, palabra por palabra, y créeme si te digo que una sola oración es capaz de proporcionarte verdaderos atracones de placer. Por ese motivo (y porque no quiero que se acabe) me descubro a menudo intentando dilatar su lectura, alternando la redondez y perfección de cada una de sus oraciones con otros libros que pueblan el lavabo de mi cuarto de baño.
Dejo a continuación algunas muestras de lo que intento explicar, a modo de ejemplo:
“La piel de Jorge ofrece un aspecto perennemente grasiento, como si acabase de escapar de una freidora.” (Página 38)
“Era como luchar con flechas contra una bomba de neutrones, como intentar vaciar el mar con un cuentagotas.” (Página 45)
“Me gusta mi trabajo. Mi nuevo trabajo, digo. Trabajar en un chino es lo mejor que me ha pasado en la vida. Los chinos son una raza indudablemente superior. Los chinos son una raza con paciencia. Y el éxito de una civilización se mide por la paciencia. La paciencia de los chinos es la roca en la que rompe la exasperación del resto de civilizaciones. Me gusta cuando un objeto desempeña una función que no le corresponde exactamente, como una alfombra de dormitorio reciclada en alfombra de salón o una lámpara de baño colgando del techo de una cocina. Un occidental trabajando en una tienda de chinos también sirve como ejemplo. Son los únicos, los chinos, a los que no les importa lo de mi costra. Basta con que te conformes con un sueldo de mierda. Lo demás no les incumbe. No buscan tu alma, se conforman con explotar tu cuerpo. Los chinos son una raza materialista. Y eso les honra. La vida interior no existe. La vida interior es un invento para vender libros de autoayuda, un troyano agazapado en las escrituras sagradas de todas las religiones. En los pasillos de un chino se puede encontrar cualquier cosa. No hay sección de primeras marcas, no hay productos caros. En un chino todo es universal, todo es democrático. Ningún cliente puede estar por encima de otro en el interior de un chino. Un chino es un templo donde el dios capital ofrece su rostro más comunitario.” (Páginas 33 y 34)
Pues, por lo que parece, 258 páginas así.
Recuerda: JAVIER MORENO "2020". Lengua de Trapo.