Me encanta la siguiente fotografía. Y no porque ejemplifique el triunfo del buen fútbol, sino por todo el juego que da. La miro y la remiro y siempre descubro nuevos matices. Es como un breve tratado visual de las emociones humanas. Puedes, por ejemplo, concentrar tu atención en los que se revelan ante la celebración de Messi y lo insultan:
O en aquellos cuyos rostros parecen denotar una tragedia de tintes descomunales ante lo que sólo es un gol del equipo contrario:
Luego, con los minutos, tus ojos empiezan a descubrir matices que en un primer momento habían pasado desapercibidos. Es el caso del tío con un sombrero que parece escapado de una película del oeste o de la Feria de Sevilla:
O el del sufrido seguidor, que nervioso se come las uñas:
En cualquier caso ahí los vemos a todos: hombres, mujeres, jóvenes, ancianos, de izquierdas, de derechas, sin estudios, con carreras, en el paro, bien colocados, solteros, divorciados, casados, viudos… todos gritando, sufriendo, llorando, en silencio. El ser humano en esencia pura.
(Fuente Fotografía. Dani Pozo. Diario Público. Domingo, 3 de mayo de 2009)


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