Las ciudades me gustan de madrugada. O al amanecer. En esos momentos no hay coches. No hay casi gente (y la que hay descansa por unas horas de la tiranía de la vida cotidiana). Sólo piedra y cemento. Silencio. El asfalto y las luces artificiales. Os dejo a continuación algunas instantáneas, tomadas al atardecer o bien entrada la noche. Espero que os gusten.
(Florencia)
(Venecia)
(París)
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