La idea era avanzar un poco el delicioso tocho de Denis Johnson mientras mi enano se entretenía con su piano de juguete. Luego, todavía no sé cómo, una cosa llevó a la otra, y cuando quise darme cuenta mi hijo estaba destrozando el libro al tiempo que yo interpretaba ensimismado el estribillo de “A La Mancha manchega” (1).
En fin..., benditos los libros hechos trizas así, si su sacrificio inocula a cambio el gusanillo de la lectura en el inconsciente de los diminutos vándalos.
NOTA:
(1) A La Mancha manchega que hay mucho vino,
mucho pan, mucho aceite, mucho tocino.
Y si vas a La Mancha no te alborotes,
porque estás en la tierra de Don Quijote.
Qué recuerdos! "La idea era avanzar..." me recuerda a algo que decía yo mucho hace dos y tres años. Leer acabó siendo una utopía. Mi hija en cambio sintió siempre predilección por un libro de Stephen King (Cell?) y acabó haciéndolo suyo y creo recordar que fue el único que destrozó de verdad.
ResponderEliminarBueno, al menos me queda el consuelo de saber que el tiempo pasa y poco a poco todo irá volviendo a la normalidad. Eso sí, tal y como marchan por aquí las cosas, me parece a mí que o pongo pronto orden en la biblioteca o este enano acaba con todos los libros que estén a menos de 85-90 centímetros del suelo.
ResponderEliminarComo siempre que leo los artículos del blog saco partido. Enhorabuena, el sitio web se ha convertido para mí en una referencia. Podré estar o no de acuerdo con algunos planteamientos pero siempre es enriquecedor leer los artículos colgados. Felicidades nuevamente, seguid así y animo a la gente a que participe con sus comentarios en este tipo de sitios educativos porque la verdad es que son de un valor enorme en esta época de internet.
ResponderEliminarÁnimo y suerte con las publicaciones, os seguiré