Me ocurre a veces. Especialmente durante esos días en los que me levanto echando de menos a personas que se fueron demasiado pronto. O en los que constato una vez más la cantidad enorme de gente que hay a mi alrededor sin mayor aliciente en la vida que alimentar el cuestionable vicio de joder al prójimo. El mundo entero parece entonces que ha amanecido torcido, y con esa sensación se van dilatando las horas, hasta que al fin algo llega y lo dota de sentido. O justifica la espera. En este caso ha sido una fotografía de “Jane Eyre”, la última película dirigida por Cary Fukunaga y protagonizada por Mia Wasikowska. Una imagen preciosa por la que merece la pena soportar un día de mierda como este.
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