
Manuel Pacheco es uno de mis poetas favoritos. Para llegar a esta conclusión me basta y sobra con abrir por cualquier página “Poesía en la tierra”, un poemario de apenas 60 páginas que mi padre adquirió por 20 pesetas hace casi cuarenta años. Hoy le ha tocado a este, que se titula “Buenas noches”:
Aunque las muchachas tengan violines en los pechos
y las parejas se hagan el amor
y la mujer siga pariendo la esperanza del hijo
y los niños sostengan en sus juegos la luz de la poesía
y el sol inunde con sus llamas la nieve de sus cuerpos:
Buenas noches.
Porque faltan mil siglos para nacer el DÍA.
Aunque las muchachas tengan violines en los pechos
y las parejas se hagan el amor
y la mujer siga pariendo la esperanza del hijo
y los niños sostengan en sus juegos la luz de la poesía
y el sol inunde con sus llamas la nieve de sus cuerpos:
Buenas noches.
Porque faltan mil siglos para nacer el DÍA.
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