La habré visto una docena de veces. Y cada vez me gusta más. Tal vez porque, como en la vida, nadie es lo que parece y todos podemos ser cualquiera.
Lo cierto es que no se puede hablar de “Crash” sin correr el riesgo de destriparla. Pertenece, cómo decirlo, a ese tipo de películas que, a poco que te descuides, has subido entera por cachitos a la entrada de tu blog.
Precisamente por ese motivo, porque cada escena es una puñetera obra de arte, os dejo la primera que he encontrado en internet, esa en la que el cerrajero hispano cuenta a su hija de cinco años la historia de su capa de invisibilidad.
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